Más humillación, por favor

El blog de un cornudo sumiso al que le gusta ser humillado más y mas cada día.

16.7.06

Quien manda, manda.

En general en el BDSM tiendo a ver dos tipos de relaciones de sumisión diferentes,según sea un tio o una tía el sumiso.





El aspecto de la chica de la foto, mujer dominante en pvc con corsé, botas altas, liguero... es precisamente el aspecto que NO me gusta de las dominantes... Me parece mucho más erótico que la chica domine con la ropa que se siente poderosa. Con la que a ella le dé la gana. Creo haber leído en alguna parte que precisamente el aspecto típico que hoy tenemos de la dominante, viene de la manera de vestirse las prostitutas a fines del XIX y principios del XX para los servicios de disciplina.

Si el sumiso es un tío, tengo la sensación de que la mayoría de las veces la imagen que se persigue, el mito que se intenta alcanzar es un modelo que existe en la cabeza de él, no de ella. Él inventa una femme fatale, una cruel domina, un papel a su medida y ella lo interpreta. Normal tras siglos de complacencia en la cama... Ahora él pide determinadas cosas y ellas dicen tambien: "De acuerdo. ¿por dónde empiezo?". El problema que le veo a eso es que al final se acaba viendo a ellos disfrutando como locos cuando ellas interpretan el papel que ellos querían.

Cuando es una chica la sumisa, creo que no funciona igual. Las sumisas me suena que (en general) se entregan para que hagan con ellas lo que les dé la gana a ellos (DE NUEVO, ELLOS)... es una entrega. Un ofrecimiento para que las usen como le dé la gana al dominante. Una amiga mía ( ;) ) escribió en su blog lo encantada que estaba de que su amante le ató las manos a la espalda, le dió el bofetón del siglo que ella aún recuerda con placer y la usó como le dió la gana.

Es ese tipo de entrega, el segundo, el que hacen las chicas, el que me gusta a mí. El ofrecerme a mi pareja como un libro en blanco... Diciéndole qué cosas me gustan y qué cosas no. No las digo como si fuese la carta de los reyes magos, pidiendo, pidiendo, pidiendo. Las doy como la lista de tapas en un bar: chipirones, patatas bravas, tortilla, croquetas, jamon iberico.... Es despues el invitado, el dominante quien elige si quiere tapas, si repite, cuántas quiere, y si cambia de restaurante o no.

Esa es la relación que estamos empezando a llevar mi pareja y yo. Cada vez más en esa dirección.
Ella está ahora mismo tomandose un café con su amante nuevo, que lo conoció en una orgía a la que fue ella sola hace unas semanas. Ahí ella decidirá con él, si quieren que baje y me presente, si quieren que me quede en una habitación para que ellos tengan toda la casa o que yo me vaya a otra parte hasta cuando quieran. Mi placer es que ella haga lo que le dé la gana. Ella con derecho a todo, yo con derecho a nada.

El modelo que quizás más se aproxime al que nos gusta para guiarnos en esto es el del marido putero de toda la vida. Él se iba por ahí a follar con quien le daba la gana, cuando le daba la gana y la mujer no tenía derecho a nada. La diferencia fundamental es que aquel tipo antiguo de matrimonio no era consensuado. Y lo de mi pareja y yo, obviamente, sí lo es.

Así lo entendemos nosotros. Ella se va a sus orgías, folla con sus amantes, pone las reglas y abusa de ellas... y eso es lo que me hace feliz. Quizás cuente más adelante en qué ha quedado el encuentro de hoy.

2 Comments:

  • At 12:36 a. m., Blogger Bichejo67 said…

    Aquí la del bofetón del siglo :-D
    Has estado de vacaciones, no? Dónde? Y qué tal?
    Por cierto, marchando una de chipirones jejejje
    Muacss

     
  • At 2:49 a. m., Anonymous Anónimo said…

    Looks nice! Awesome content. Good job guys.
    »

     

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