Travesti con ubres

Hay veces que me gusta ser tratado como una chica muy pasiva. En esas veces, mi pareja me ha masturbado algunas veces con uno solo de sus dedos sobre la zona del frenillo, como si fuera un clítoris. Ni crossdressing ni nada. Es solo un juego mental. Pero me gusta que por la manera de sujetarme, de tratarme, sentirme con todo un tiarrón. O con toda una tiarrona camionera.

En esas situaciones me pone imaginar que ella (o ella y su amante) deciden cambiarme de sexo. Así se evitan los problemas de que haya dos chicos en la casa. Y al amante no le pone mucho follarse a tios (el amante no es tan gay) pero si yo me pareciese a una tía, al amante le gustaría eso de tener al marido sirviéndole, complaciéndole, con unos bonitos modelos de tia, con una preciosa melena, con unas buenas tetas. Y quedaría a su elección si prefieren que tuviese rabo o si eso también se operaba.

Cuando me imagino eso, me pone a 1000 el pensar que ellos me pondrían las tetas más inmensas. Para que no fuesen sexys, sino ridículas. Que resulte obvio donde fuese que estoy pasando por alli. Que ella y el se dedicasen a darles manotazos a veces para ver como rebotan. Que además no fuesen unos globos sino que estuviesen caidas.
Que cuando les atendiese en casa como sirviente, les gustase tenerme en topless. Para que yo no lo olvide. Para que ellos se diviertan.